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Por Claudia Vargas García , 9 de julio de 2021

Experto del INIA y presidente de Fedecarne se pronuncian sobre polémica en España

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Luego del llamado del ministro de Consumo a disminuir el consumo de carne de vacuno. Chilenos aclaran que en la huella hídrica se incluye la lluvia y que en huella de carbono no se considera la captura de carbono, lo que genera una imagen errónea.

Hace algunos días el ministro de Consumo de España, Alberto Garzón, levantó una polémica al pedir reducir el consumo de carne en España, el país de la Unión Europea que más carne consume según datos de la FAO.

El político subió un vídeo de seis minutos en su cuenta de Twitter, donde tiene 1,1 millones de seguidores, contenido que generó una ola de críticas.

Garzón apunta que el consumo de agua necesario para que un trozo de carne llegue a un plato es de 15.000 litros, entre el agua que beben los animales, la necesaria para producir, para transportar la carne o para envasarla. 

La propuesta de Garzón para consumir menos carne desencadenó una controversia y de hecho, recientemente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo desautorizó. Por su parte, el ministro de Agricultura  Luis Planas, aseguró que el sector ganadero está siendo objeto de críticas profundamente injustas y merece un respeto por el trabajo honesto que hace por todos nosotros en la alimentación y en la economía”. 

Experto de INIA

Francisco Salazar.

Respecto de la huella del agua, el investigador de INIA Remehue, Francisco Salazar, líder del Grupo de Especialidad de Impacto Ambiental, señala que "INIA hizo un estudio publicado el año 2013 para la determinación de huella del agua y estrategia de manejo de recursos hídricos y los principales sistemas productivos del país. Esto fue financiado por el Ministerio de Agricultura y lo que se buscaba era conocer la metodología, cómo se calculaba, generar valores nacionales y conocer qué significa el concepto de huella del agua”.

El investigador explica que hay una metodología estandarizada para esto. “Hay tres grandes orígenes del agua. Uno es el agua azul, que es la subterránea o superficial; otra es el agua verde, que es la lluvia que no escurre y el agua gris que se contamina en el proceso. Entonces en el cálculo para zonas de alta pluviometría, siempre va a haber una huella mayor, producto de que la lluvia es más alta y en las zonas más áridas evidentemente va a ser menor, si no hay un sistema de riego. Cabe destacar que las huellas, como las de agua, carbono y otras son indicadores ambientales y hay que entender cómo se calculan y qué significado tienen, ya que a veces nos llevan a malas interpretaciones de lo que significa el concepto”, explicó.

Salazar comentó que en el caso de los sistemas de producción de carne, la huella puede ser gran parte huella verde. “Así fue determinado en el estudio que hicimos, básicamente en el tema de leche, donde un 98 por ciento de la huella era verde. Es importante poner en contexto la información y saber qué nos permiten hacer estos indicadores, en donde juntos o separados nos muestran como un sistema productivo se está comportando y por lo tanto se pueden hacer mejoras tipo 'benchmarking' con otros predios o con otros sistemas productivos y poder compararlos para mejorar la eficiencia. Pero en el caso de aumentar la eficiencia del agua que viene del agua lluvia, dependerá de la pluviometría donde está ubicado el predio".

Relación errónea

Ignacio Besoaín.

Ignacio Besoaín, presidente de Fedecarne, señaló que existe en un sector a nivel mundial un “mensaje de llamado” a disminuir el consumo de carne y particularmente la bovina. Esto se origina por el fenómeno del cambio climático y la relación con el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero. 

“A nuestro entender no existe certeza en la relación entre la ganadería y el cambio climático. La información da cuenta solo de las emisiones de gases de efecto invernadero, sin embargo, no considera las capturas que son propias del sistema productivo. En este sentido es más relevante hablar del balance de gases efecto invernadero, por lo cual los sistemas de producción de carne en praderas tienen reservorios o sumideros de carbono en el suelo, las raíces de los mismos recursos forrajeros y bosques”, comentó

Cabe mencionar que Fedecarne se encuentra participando en un proyecto pionero que ejecuta INIA e INFOR, junto a otras organizaciones de productores y que pretende determinar y cuantificar el balance de gases de efectos invernaderos en los sistemas de producción de carne, leche, frutales y cultivos en el país.

“Por otro lado, se atribuye a la producción de carne bovina una elevada huella hídrica. Sin embargo es preciso decir que los productos de origen animal (carne bovina) en un 94% su huella hídrica se explica por el agua de lluvia o también denominada huella hídrica verde, la cual finalmente se incorpora en el suelo, según estudios internacionales y el mismo INIA. Por lo tanto, las afirmaciones simplistas y comparaciones, en este caso de la huella hídrica total, sin considerar las particularidades de los sistemas de producción, pueden generar una imagen errónea de parte del consumidor”, comenta.

Finalmente Besoaín, señala que la ganadería es fundamental para la humanidad,”la carne bovina es un producto alimenticio de alto valor biológico y con destacados atributos para salud de las personas”.

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